La cordillera cantábrica se extiende desde el Macizo Galaico-Leones hasta los Montes Vascos y está formada por rocas calizas y silíceas. El clima del cantábrico, de tipo oceánico o atlántico, es templado y húmedo y favorece la existencia de una vegetación de bosque caducifolio y de grandes extensiones de prados naturales. Al alejarse de la costa y conforme aumenta la altitud, encontramos zonas con clima de montaña en las que destaca el matorral (con arbustos como el brezo y la aulaga) y el monte bajo.
A continuación, puedes ver cuáles son los árboles predominantes en la cordillera cantábrica y que encontrarás cuando recorras sus senderos.
Árboles característicos del Cantábrico
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Avellano (Corylus avellana)
Los avellanos crecen en los valles sombríos y húmedos, casi siempre cerca de ríos. En octubre se pueden recoger sus frutos ya maduros, las nutritivas y ricas avellanas. Es habitual encontrarlos al lado de fresnos y cerezos.
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Roble albar (Quercus petraea)
En los valles más interiores encontramos el roble albar que crece en terrenos silíceos, incluso es capaz de crecer sobre terrenos pedregosos. En la Reserva Natural Integral de Muniellos podemos disfrutar de uno de los robledales más extensos del Cantábrico. Su madera dura y resistente a la humedad se utiliza para la construcción naval y de muebles.
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Serbal silvestres (Sorbus aucuparia)
Este árbol de hoja caducifolia de la familia Rosaceae se conoce también como Serbal de los cazadores o Pajarero. Tolera bien el frío por lo que se puede encontrar a altitudes elevadas. Sus frutos rojos y carnosos son ricos en vitamina C y sirven de alimento a los pájaros.
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Abedul (Betuta celtiberica)
A mayor altitud, por encima de los hayedos y los robledales albares, crece el abedul en las zonas umbrías de las montañas. En la base suele desarrollarse un tupido manto de helechos, brezos, arandaneras y otros arbustos. Su corteza es flexible y muy resistente.
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Roble común (Quercus robur)
El roble común crece en las zonas más próximas a la costa, aunque también comparte hábitat en ocasiones con el roble albar. Es habitual verlo crecer con otras especies de hoja caducifolia como fresnos, abedules, tilos, castaños... Su madera es apreciada para la construcción de viviendas, barcos y barricas por su madera dura y su resistencia a la pudrición.
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Acebo (Ilex aquifolium)
El acebo es un árbol pequeño, considerado a veces como arbusto, que destaca por la belleza de sus frutos rojos y la forma característica de sus hojas. Una antigua historia celta cuenta como el Rey roble reina en la parte del año cálida y luminosa, mientras que el Rey Acebo reina en los meses oscuros y fríos del año. Es habitual en la decoración navideña.
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Castaño (Castanea sativa)
El castaño crece en suelos húmedos de composición silícea. Su tronco es grueso y robusto, las hojas lanceoladas acaban en punta. Su fruto es muy energético y sirve de alimento a los animales del bosque. Como curiosidad, los frutos de este árbol durante su crecimiento están cubiertos por una corteza con pinchos.
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Cerezo (Prunus avium)
El cerezo es un árbol frutal de rápido crecimiento que florece en primavera. Vive en terrenos frescos y algo húmedos, ricos en nutrientes. El término "avium" hace referencia a la preferencia de las aves por sus frutos. Pero no sólo las aves, los osos también muestran debilidad por estos frutos y trepan en verano a los árboles para cogerlos antes de que caigan al suelo.
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Haya (Fagus sylvatica)
Este árbol de corteza lisa tiene un gran valor estético y se emplea en ocasiones como ornamento. Puede sobrepasar los 35 metros de altura y es típico de suelos calizos, húmedos y frescos. Su madera es apreciada en carpintería.
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Fresno común (Fraxinus excelsior)
El fresno se desarrolla en suelos húmedos y frescos desde el nivel del mar hasta altitudes de 1800 metros. Tiene un rápido crecimiento y es resistente al frío. Sus hojas se emplean como forraje para los animales y su madera flexible para la fabricación de carros y herramientas de madera.
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Olmo montano (Ulmus glabra)
El olmo es frecuente en suelos frescos de tipo calizo. Crece desde el nivel del mar hasta las cotas más altas del bosques. Se caracteriza por las grietas longitudinales de su corteza.
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Mostajo (Sorbus aria)
Este pequeño árbol de corteza lista y de hojas plateadas, tiene una fuertes raíces que se agarran bien al terreno. Por ello, se emplea para estabilizar laderas con fuerte pendiente. Como otras especies de la familia Rosaceae dispone de frutos carnosos y rojos, usados para producir licores y vinagres.
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Arce (Acer pseudoplatanus)
El arce se integra en masas boscosas de robles y otras especies hasta los 1500 metros de altitud. Crece en suelos carbonatados y húmedos. Tiene cierta similitud con el plátano de jardín, por ello se conoce con el nombre científico Acer pseudoplatanus.
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Tilo de hoja pequeña (Tilia cordata)
Este árbol requiere sustratos calizos y fértiles. Destaca por su porte elegante y sus pequeñas flores amarillas y olorosas, que una vez secas se emplean en la elaboración de infusiones. Es habitual encontrarlo en los Picos de Europa.
Además de este tipo de vegetación, la repoblación ha introducido dos especies: el pino y el eucalipto, alterando el ecosistema autóctono.